
En la calle, en el bosque... se mueve con normalidad, no se percibe nada raro, pero... en casa, se pega a los muebles, czmina paso a paso, tanteando el suelo, con miedo, casi pánico. Parece que vaya a derrumbarse de un momento a otro... ¿ qué le ocurre ?
Una vez más, será Albert, el mejor veterianio de galgos que conozco, quien dará con la solución.
Se trata del reflejo del mosaico. Sí, actúa como un espejo, un cristal, que a Anubis le parece de lo más inseguro y peligroso. Albert me cuenta que hay perros que jamás lo superan, y hay que buscarles hogares donde el suelo esté enmoquetado.
Pero Anubis, mi niña preferida, lo supera al cabo de unos días, se convence totalmente de que el suelo no transparenta, y corre feliz por la casa, bajo mi mirada atenta y embobada.
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