16 junio, 2007

Poema del galgo


No me gustabas del todo, no estaba muy segura,
y reconozco que tenía mis dudas cuando entraste por la puerta.
No eras pequeño, mono y peludito, con ojazos de cachorro,
eras alto, delgado y huesudo, con las caderas peladas.
No eras lo que yo había pensado, de ninguna manera,
Quizás sería mejor que te devolviera hoy mismo,
Antes de que nos conozcamos, sería una crueldad
Tenerte aquí un día más y luego cambiar de opinión.
Pero aunque era una locura, decidí que podías quedarte,
Y pronto descubrí que eras amabilísimo.
Tu dulzura y paciencia me ganaron la partida.
"¡Son unos perros maravillosos, voy a contárselo a todos!”
Eres mi dulce grandote, que necesitaba una oportunidad
para demostrar todo lo que podías ser, para borrar tu historia,
borrar esos prejuicios que deberían avergonzarnos,
y así aprender a conocer y amar lo que hay bajo esa forma.
Y he acabado comprendiendo
lo que no sabía al principio,
que los galgos necesitan ese pecho profundo
para guardar un corazón tan grande.


Denise Dubarbier

1 comentario:

Adelita dijo...

sentimos mucho tu pérdida, y todo nuestro cariño va para tí, en estos momentos de dolor.

Gracias...

Adelita, Maria Luisa, Almudena, Mati, Galguita y laLefa